Puede que sea un asunto recurrente en las últimas fechas, pero es que, atendiendo a los números que arrojan las sumas y restas de las cantidades estipuladas por la última negociación de los mínimos establecidos por el convenio, parece que a los novilleros -no sólo a los matadores modestos- no los está defendiendo nadie, y eso redunda en el perjuicio de la calidad de los espectáculos, en los que todo el mundo debería llevarse a su casa cantidades acordes con su función en el ruedo.
Según lo establecido en las negociaciones publicadas en el BOE, en las que los de oro estuvieron representados por Íñigo Fraile en representación de la Unión de Toreros que preside El Fundi, Alejandro Peñaranda, Álvaro Burdiel o Ismael Martín –que resultó lesionado, además, por el único novillo que toreó-, cobraron los mínimos estipulados, porque los novilleros, a no ser que sean El Juli y llenen Las Ventas para una encerrona, cobran lo que les den.
Y lo que les dieron, según lo establecido, fueron 7.708 euros, lo que corresponde a un novillero del Grupo A, aunque en el escalafón inferior el asunto de los grupos es francamente discutible. Un apoderado, por ponerlos en Madrid, puede cobrar perfectamente el 15 por ciento de esa cantidad, lo que deja el total en 6.552 euros. También la tabla del Convenio estipula que, de ese dinero, 5.147 lereles se destinan a pagar a la cuadrilla, es decir: tres banderilleros, dos picadores, un mozo de espadas y un ayuda. Y la resta ya está en 1.405 del ala.
Vamos ahora con los gastos generales de los aspirantes a matadores, que tienen los mismos que aquéllos, pero cobrando bastante menos. La tremendamente ‘generosa’ tabla del Convenio calcula esos gastos en 1.481 euros, lo que implica que los negociantes o no saben sumar y restar, o les viene a importar un pi…tón lo que puedan llevarse a casa unos chavales que exponen la vida, exponen su imagen, exponen su forma de hacer las cosas y hasta su nombre, porque es ese el que hace que pague o no la gente su entrada correspondiente.
Pero todavía hay más, porque, estando ya la cuenta en negativo por 76 euros -que es lo que palman los novilleros con las cuentas de los que velan por su dignidad y el respeto hacia la profesión-, dice la famosa tabla que los honorarios de los matadores de novillos en una plaza de primera categoria son 1.080 euros, que deben salir de que el mozo de espadas vaya pasando la gorra, porque desde luego no están contemplados en los mínimos estipulados ni aunque el apoderado perdonase su comisión.
Y, con un déficit inicial de 76 euros, sin comprar vestidos, capotes, muletas y demás útiles imprescindibles para torear en una plaza como Madrid, queremos potenciar el escalafón inferior. Con esos representantes defendiendo tus dineros donde se negocian los mínimos, sinceramente, yo preferiría mandar a mi abogado y no delegar mis derechos en gente que no sabe sumar.